Dentro de las lesiones del tendón de Aquiles, constantemente estamos evolucionando y descubriendo cosas nuevas que son importantes a la hora de realizar algún abordaje o aplicar alguna técnica al paciente. Y en ocasiones no existe evidencia de técnicas que son muy eficaces. De tal modo que tenemos avances tecnológicos y técnicos pero cuando existe un problema articular se debe profundizar en el diagnóstico y realizar las pruebas diagnósticas, ya que en el caso de las lesiones del tendón de Aquiles no se puede olvidar que este pertenece a un sistema, una cadena que se encuentra siempre relacionado a los gemelos y soleo, calcáneo y fascia plantar, es decir, tenemos entonces:
Lesiones del Sistema sural- Aquileo-plantar.
Al hablar de las lesiones del Aquiles debemos realizar una clasificación de las mismas para poder aplicar un tratamiento adecuado.
Clasificación de las lesiones de Aquiles en el Deporte.
- Roturas del tendón: Agudas y Crónicas
- Tendinopatia Aquilea: No Insercional – Insercional.
- Síndrome de Haglund.
- Tendinopatia Calcificante.
Además de lo anterior tenemos dos factores importantes en las lesiones del Aquiles que son:
Factores Intrínsecos
- Falta de vascularidad.
- Calcáneo prominente.
- Cirugías del pie, alargamiento de gemelos.
- Problemas distales del pie.
- Acortamientos del sistema.
Factores Extrínsecos
- El calzado.
- Actividad repetitiva no controlada.
Cuando se presentan diferentes factores que no favorecen a la lesión, no se debe suspender o dejar de hacer la actividad, se debe controlar y verificar lo que se esté haciendo mal y corregir, es por ello que desde la fisioterapia y la biomecánica se trabaja en conjunto con el médico para lograr que el paciente o el deportista mejore de manera global. Y que mejor ejemplo que el corredor y sus lesiones, las cuales en muchas ocasiones son difíciles de tratar y no se le puede decir que pare su actividad.
Ahora bien para poder diagnosticar una lesión de Aquiles, debemos conocer su mecanismo lesional, en el caso de rotura, estas son puntuales al realizar por ejemplo una flexión dorsal brusca y se provoca esta rotura y siempre hay un factor desencadenante que provoca la lesión, y por consiguiente el tratamiento debe ser quirúrgico y más si la persona es activa. Se encuentran controversias entre los médicos en cuanto a la técnica a utilizar y en este caso debe ser la sutura abierta considerada el Gold estándar, ya después el manejo posterior si se cuida el tendón puede llegar a responder bastante bien.
En el caso de una rotura crónica, es más difícil de solucionar y de llegar a tener un buen resultado final ya que no es fácil de diagnosticar y más porque el paciente no refiere dolor, camina en ocasiones arrastrando el pie y luego se da cuenta que no tiene fuerza que no puede colocarse de punta, ni saltar, y es allí donde se da cuenta que la rotura es crónica , lo importante es valorar ese espacio de tejido roto que se ha perdido y en la cirugía muchas veces los cabos no se pueden acercar a eso se le llama GAP, la distancia entre los tejidos a suturar.
Luego tenemos casos como las deformidades, en pacientes que han sido ya operados y durante la rehabilitación no se dan cuenta de la perdida de continuidad del tendón entre el cabo proximal y el cabo distal, y en estos casos la técnica quirúrgica es llevar o transferir el tendón flexor del primer dedo que esta próximo al tendón de Aquiles y se puede obtener por artroscopia sin necesidad de hacer otra intervención y obteniendo a su vez después del post operatorio buenos resultados funcionales.
A donde se quiere llegar? Cada una de las lesiones del Aquiles se puede resolver no siempre de manera invasiva o quirúrgica, como se mencionó al principio el tendón forma parte de un sistema y cuando existe un problema articular, se debe profundizar en el diagnóstico y realizar las correctas pruebas para el mismo. Se debe ir paciente a paciente, ya que no todos son iguales ni presentan el mismo diagnóstico, influye la edad, el sexo, y no todos son deportistas.